Es justo ahí donde radica la belleza de The Way the Things Go de Fischli & Weiss, donde los hechos aparentan ser naturales , meras coincidencias que nos hacen dudar de si el siguiente movimiento continuara con la dinámica del video. Pero lo que si es un hecho es que cada movimiento esta estrictamente calculado, cada copa, cada mesa, cada llanta , vidrio y madera esta colocada a la distancia perfecta para continuar en esta serie de comportamientos en cadena, activados también por líquidos como espuma y ácidos que aparentan hacer combustiones imposibles, pero que han sido probados varias veces para confirmar su papel, en esta gran puesta en escena.
Me gusta la idea, me parece brillante, finalmente la expectativa siempre se mantiene frente al publico y frente al creador mismo, puesto que a pesar de las continuas pruebas ,no creo haya existido una probabilidad exacta de que no habrían fallas. Poder hacer de objetos materiales inertes una sinfonía de ruidos y de acciones me parece no solo entretenido sino también muy original. El seguimiento de la cámara es callado y perseverante, convirtiéndose en el elemento que da tensión al momento de espera constante a que las cosas salgan bien. A pesar de sus cortes evidentes que no aparentan no querer serlo, el video corre con fluidez, provocando una enorme expectativa sobre el final de este grandísimo efecto domino, en donde no solo se juega con la física y la química sino también con la probabilidad, la coincidencia y la exactitud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario