Go fish: El espejo

The Mirror de Andrei Tarkovsky

Aunque no existiera una historia detrás de la imagen, aunque no existiera una explicación , una razón de ser de la narrativa y un porque de la construcción. Aunque no existiera el argumento y el motivo del guión, la belleza estética , el ritmo y la ambientación ya son suficientes para que podamos gozar de un paseo sin precedentes en el poético mundo de Andrei Tarkovsky, quien mezcla la narrativa , con la imagen y la temática, creando una mezcla homogénea que parece haber surgido desde un inicio como una sola.

La cámara no se mueve, la cámara transita al ritmo de la escena del lugar y de la acción. No llevamos ni dos minutos al inicio de la película cuando la cámara ya se ha acercado poco a poco por detrás del personaje femenino que espera con toda la tranquilidad viendo hacia un campo que nos trae un extraño aire de paz y nostalgia. Tarkovsky, al igual que Parajanov radica su atención y mirada en la belleza de la construcción de la imagen, la cual complementa a la película como la banda sonora complementa una opera. No hay coincidencias, todo tiene un motivo de serla cámara deja de ser cámara y se mimetiza en las escenas, encuentra una razón de ser y un porque en cada momento.

El constante juego con el tiempo, con una narrativa descompuesta que se muestra a veces inconclusa para liberar los secretos poco a poco y hacernos aun mas fuerte la caída cuando se acerca el final. Es ahí donde radica el elemento mas distintivo, las historias podrían ser simples, lo que les da vida es la forma en la que las notamos.

La banda sonora al igual que el diseño sonoro, son los repuntes de las pinturas de Tarkovsky, donde todo complementa de forma homogénea y complementa las partituras de sus películas que se mueven como piezas musicales.