Como los trípticos del Renacimiento y las visitas interiores a los museos. Así me siento con Parajanov, aunque la mayoría de veces las pinturas dejan mi mente mas rápido de lo que uno cree, Parajanov se impregna.
No hablare como gran conocedora de la temática, pero hablare del viaje que tuve en ella. Una película detallada en escenografia, perfecta en cuanto estética visual. Cada escena, cada toma contiene detalle por detalle construido para su interpretación. A veces es bueno sentarse y saber ver sin querer responder cada pregunta a la que según nosotros creemos tener la respuesta. Parajanov habla con sus imágenes la voz del inconsciente, entra como mensaje subliminal que tarda un par de días en manifestarse.
Su fotografía es preciosista, el vestuario y el diseñó de arte es preciso y elude a la historia. Sus elementos repetidos constantemente, como el movimiento pendular y las escenas que retratan a un personaje en distintas cercanías y ángulos, como si fragmentáramos las imágenes para poder acercarnos mas. Es intimista y nos da tiempo para poder establecer ese lazo mucho mas cercano con lo que se ve en pantalla.
Un cine poético que no busca hablar para poder ser comprendido. Simplemente entra y después es comprendido. Me encanta el color, la edición, la combinación de encuadres y la posición estática de la cámara. Me encanta visualmente y me encantaría pensar que solo admirando entenderemos, pero es un hecho que Parajanov va mas allá de mirar , sin conocimientos previos es muy difícil adentrarse dentro de un mundo tan complejo, construido de muros tan altos y perfectos.
Pasolini
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